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08 de Marzo de 2008

Piano de raíz profunda

El pianista costarricense Manuel Obregón escarbará en la historia musical de Nicaragua, Panamá y Costa Rica, esta noche en el concierto Piano Malango 2008

Alberto Zuñiga
Colaborador de La Nación

Brotando de las teclas blancas y negras, a través de las manos de Manuel Obregón, se devela una paleta multicolor con canciones antiguas que, desde remotos confines de nuestra común historia centroamericana, nos traen una verdad permanente.

¿Cuánto hemos estado sordos respecto al sonido de nuestra propia cultura? ¿Qué tan hiriente puede resultar nuestra indiferencia hacia las consideradas artes musicales menores?

Las respuestas vendrán solas y desprovistas de manipuleos intelectuales. Estas canciones tienen la propiedad de recuperarnos en los auténticos paisajes de nuestra herencia cultural.

Manuel Obregón le brindó a Viva la posibilidad de un encuentro antes de su concierto hoy, en donde compartió sus motivaciones.

¿En qué pensó cuando decidió hacer este concierto?

La verdad que en el puro placer. Interpretar música que realmente me gusta. Creo que eso fue lo primero que se me ocurrió. Recrear la tradición es algo que me motiva mucho. Que la música me lleve a pertenecer a algún lado.

¿Estamos hablando de identidad cultural?

Por supuesto. La música de carácter folclórica tiene implícito mucho de eso y yo me siento confortable en esas manifestaciones. Esto es algo que ha ido cambiando en mí durante mucho tiempo, pues en este momento yo entiendo mejor algunas cosas sobre la identidad que antes.

Y hoy que ya se siente en pertenencia con algo, ¿por dónde empieza esa sensación?

Empieza por el primer hilo y cuando uno empieza a jalar se da cuenta de que el hilo trasciende las fronteras y entonces el sentido de pertenencia se hace mayor y la relación no tiene que ver con países sino con una región.

¿Qué refleja el repertorio de este concierto?

Una unidad sobre el concepto que yo tengo del lugar donde nací. En el repertorio que interpreto para Piano Malango hay raíces en común que me hacen sentir bien. Es música que entiendo, con la que me identifico y no sé, a ciencia cierta, si es por estar escuchándola tantas veces o porque hay otros aspectos de genética involucrados.

En estos procesos de reinserción en la identidad cultural uno siempre tiene sus padrinos. ¿Quiénes son los suyos?

La amistad con Fidel Gamboa y Manuel Monestel ha sido a todo nivel. Ellos me han ido asesorando más que todo en las formas de ejecución. Uno con la música Guanacasteca y otro con la música del Caribe. Ambos tienen un gran conocimiento de esas formas musicales. Los integrantes de la Orquesta de la Papaya han sido esenciales en esta indagación musical. José Manuel Rojas del Quinteto Miravalles es alguien que me ha nutrido mucho con literatura. Luciano Capelli. Yazmín Ross. En fin, que ha sido un tema de discusión constante y que me permitió ver las posibilidades de ejecución en el piano.

¿Qué le sorprendió de esas canciones interpretadas al piano?

La esencia de estas piezas, que en apariencia son sencillas pero que tienen un contenido enorme. La forma que estoy utilizando en este concierto para comunicarlas es bastante común dentro de la música popular. Es básicamente el tema, algunas variaciones y regreso al tema. Es en el desarrollo de los temas donde aporto alguna interpretación propia pero, en términos generales, me interesa respetar la estructura básica pues ahí está la belleza de toda esta música.

En cierto modo el reconocer la belleza de estas piezas significa despojarse de algunas investiduras egocentristas, desde un punto de vista musical.

Pues sí, yo como que me he ido desprendiendo de prejuicios y cosas innecesarias. Considero que hay hacerlo de la forma más honesta, de la forma como uno es porque si no, no sale.

Reseña

 Un poco sobre Obregón

Pianista del grupo Malpaís, director de la Orquesta de la Papaya (Centroamérica) y la Orquesta del Río Infinito (América Latina).

Empezó a estudiar piano a los 7 años. Su profesionalización la desarrolló en el Conservatorio de la Universidad de Costa Rica y con los maestros españoles Jean Luc Vallet y Horacio Icasto, con los que inició su formación en jazz y flamenco. Estudió con Silcani Bazan en la Swiss Jazz School de Berna, Suiza.

Ha recibido varios premios de la Asociación Costarricense de Compositores y autores Musicales ACAM.

Tomado de http://www.nacion.com/viva/2008/marzo/08/viva1451972.html