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25 de Abril de 2014

La cultura se percibe como una inversión

El sector cultural del país ya no es la “Cenicienta del Estado”, ya no es considerado como un gasto sino una inversión: eso piensa Manuel Obregón, actual ministro de Cultura y Juventud.

El funcionario conversó con MAGAZINE sobre la labor que ha hecho al frente de la institución en los últimos cuatro años, sus logros y desaciertos.

También ahondó en la salida polémica de algunos funcionarios y su carrera a futuro.

¿Cuáles son los principales logros de su administración?

El primer logro es haber articulado un equipo de trabajo desde el sector artístico, creo que por primera vez se incorpora en las direcciones (de las instituciones adscritas al MCJ) y en los puestos de decisión tanta gente que viene de una actividad artística reciente y que puede aportar mucho.

Tuvimos por ejemplo un gran aporte del viceministro de Cultura Iván Rodríguez en todo el trabajo en producción de festivales. Por supuesto los directores de los diferentes programas Miguel Peña en el Sistema Nacional de Educación Musical (Sinem), Marcial Flores en bandas.

Del Plan Nacional de Cultura se cumplieron todos los objetivos, ya vimos cómo Planificación le da un 100% de cumplimiento.

La percepción de la gente puede percibirse como un acierto (del MCJ). He visitado todas escuelas del Sinem y siento que hay una cercanía mayor del Ministerio, que la gente lo percibe ya como un poco más abierto, ese camino hay que andarlo mucho más, sobre todo en el tema juventud.

También se avanzó en el tema de democracia cultural con la Ley de Cultura, que me parece un gran avance que se haya aprobado la política (en la Asamblea Legislativa); la Cuenta Satélite, me parece también uno de los mayores aciertos, (que es) la medición económica de la cultura; y la aprobación de la Ley de Premios (Nacionales de Cultura) que fue tan polémica.

¿Cuáles son los proyectos que quedaron en el camino?

En el que más me hubiera gustado avanzar es en la relación entre cultura y juventud. A veces hablamos del presupuesto pero no nos damos cuenta de que este es un Ministerio de Cultura y Juventud en partes iguales. Posicionarlo como una herramienta de desarrollo nacional es en lo que más me hubiera gustado poder avanzar.

En cuatro años no es posible revertir toda esa deuda de tantos años, sobre todo porque terminamos en octubre del año pasado con la medición de la Cuenta Satélite que es la herramienta que nos va a permitir demostrar cuánto la cultura le está apostando al país.

En su informe de labores usted dijo que no logró la meta del 4% del presupuesto nacional para cultura que tenía. La próxima Ministra habla de un 1% para el sector.

Creo que hay mucho desconocimiento en ese tema, el 1% del presupuesto se ha logrado y superado en muchas épocas del Ministerio. No es una aspiración el 1% y tampoco debe tan solo medirse en porcentajes, porque como bien vemos cultura casi le está aportando al país entre un 5% y un 6% de recursos.

Indudablemente para el tema de cultura podría ser una aspiración importante el 4% que hablábamos, pero le soy sincero, la necesidades que tiene la juventud son mucho mayores.

La mayoría de los ministerios que apuntan a un 1% son solo de cultura en los países latinoamericanos, nosotros tenemos ese sobrecargo (juventud), así que creo que para potenciar como una herramienta de desarrollo este Ministerio, necesitamos mucho más presupuesto del que yo creía al principio.

Presupuesto no solo del Estado, sino de diferentes alianzas con el sector privado, también con incentivos fiscales, alianzas con toda la sociedad, como hacen en Brasil que tienen un 1% pero llegan al 4% con otras alianzas.

Usted logró llevar la cultura en las comunidades fuera de San José, pero dice a su vez que quedó debiendo. ¿Qué trabó esas metas?

La cantidad de demanda (cultural) que tenemos (fuera de San José) es mucho más de la que hemos podido cumplir, eso genera una sensación de que debemos hacer mucho más. Para poner un ejemplo casi logramos completar 40 escuelas del Sinem y seguimos teniendo demandas por más de 200 escuelas que necesita la gente, eso es una necesidad real y si logramos dar ese paso, en lugar de tener 10 mil jóvenes eso podríamos multiplicarlo.

De los programas más exitosos a nivel de tomar espacios públicos y comunidades está Enamórate de tu Ciudad”, que consideramos que debe ser implementado en muchas otras comunidades.

El MCJ tuvo salidas polémicas de funcionarios como Karina Bolaños, quien era viceministra de Juventud, y Florencia Urbina, quien era directora del Museo de Arte Costarricense. ¿Cuál fue el impacto real de esas salidas en las instituciones y en el Ministerio?

Hay que rescatar que en este tipo de instituciones que trabajan más de 1.800 personas, trabajamos con seres humanos yen parte el actuar de cada uno de ellos, afecta a la colectividad y a todo un país. En esos dos casos que menciona estuvo el criterio colectivo por encima de lo personal, porque fueron actuaciones que simplemente se refirieron a lo personal. Al menos en mi caso es una decisión que va por encima de lo personal o la amistad.

Pero ¿cuál fue el impacto que provocaron esas salidas? Porque también están los casos de Patricia Fumero, exdirectora del Museo Nacional y Sandra Quirós, exdirectora del Centro de Patrimonio.

Quiero destacar la labor de las personas que de alguna manera, lograron un ambiente de trabajo ideal para poder seguir (con los planes de trabajo originales de cada institución). Cuando entramos había instituciones que tenían un gran nivel de desgaste y gran parte del trabajo de uno como ministro viene a ser de resolución de conflictos de personal.

Creo que en el caso de Patrimonio y del Museo se logró generar un ambiente mucho mejor que con el que empezamos aquí, para poder terminar nuestra gestión. Igual, en otras instituciones se fue mejorando.

Comparando el MCJ que usted recibió con el que usted deja, ¿cuál es la diferencia?

Un Ministerio mucho más cercano a los costarricenses, más cercano a la identidad. Creo que lo vimos con la última medición (de público asistente) del Festival Internacional de las Artes con más de 1,5 millón de visitas; se logró que lo que pagamos los costarricenses por la cultura fuera aprovechado por un mayor número de personas, en eso consiste la democracia cultural.

La sensación que me da es que dejamos abiertas las puertas de un Ministerio para que la gente entrara con mucha mayor confianza.

Entonces, ¿sigue siendo la Cultura la “Cenicienta” del Estado?

No, han cambiado muchísimas cosas. Cuando entré el Ministerio no pertenecía a ninguno de los consejos de Gobierno, no teníamos ninguna capacidad de decisión.

Ahora logramos incorporarnos en el Consejo de Gobierno de Bienestar Social y de Familia, en el de Ambiente, en el de Seguridad; o sea hemos activado una serie de mecanismos horizontales entre todos los Ministerios.

Lo último que nos complace muchísimo es que por primera vez Cultura se incorpore al Consejo de Gobierno de Competitividad, que es donde se toman las decisiones económicas. Si bien fue al final de nuestra gestión, la gente nos está empezando a ver diferente, ya no es la misma forma en la que se percibe la cultura, como un gasto, sino una inversión.

¿Qué va a hacer luego de su paso por al Ministerio?

No sé todavía, pero imagino que voy a seguir vinculado con el tema de mi profesión, músico y en la gestión cultural.

Usted no tenía una vida activa como político antes de ser ministro, ¿la retomaría a futuro?

Sí, es algo que no descartaría, sin embargo, creo que desde donde estemos siempre estamos ejerciendo una actividad política.

Pero hay un Manuel Obregón antes y después de ser ministro.

Sí. Aparte de que entregamos un Ministerio diferente, uno indudablemente sufre una transformación al pasar por una institución de este tipo. Pienso que es para bien, porque el conocimiento que se tiene del país (como Ministro) es fuerte, duro pero muy profundo a todo nivel, el conocer el funcionamiento desde adentro, el padecerlo y disfrutarlo.

Tomado de La Republica NET